El otro día estaba mi cuñada en casa y dijo que quería ver una película de risa, así que Míriam le puso Top Secret. Yo sabía que no le iba a gustar, pero le dejé hacer.
A la media hora de película yo estaba descojonándome que daba gusto, pero ella estaba con la cara seria y repitiendo una y otra vez que qué película más tonta, que no tiene gracia y que no se habían currado el guión.
Qué equivocada está la gente. Muchos se piensan que hacer una película así es fácil, que basta con coger un saquito lleno de papelitos en los que previamente hayas escrito tonterías, mezclarlo todo y filmar chorradas en el orden en que salgan los papeles. Pues no, a pesar de que parezca fácil, no lo es. Es más, es un tipo de humor muy inteligente: hay que saber cuándo puedes meter un chiste, cuando meter una tontería, cuando cortarla y cuando empalmarla con algo totalmente contradictorio pero que en el fondo tiene su razón de ser. Y no es de extrañar que siempre sean varias las cabezas pensantes que firman el guión.
Y es que si está bien hecha y encajada, no dejarás de reirte así la veas 13 o 57 veces. Prueba a hacer la prueba con películas de corte similar pero que en el tercer visionado ya no te hacen gracia. ¿Ves?
